jueves, 19 de abril de 2007

QUE TAL LADRILLAZO AL CONGRESO¡¡¡


Y ahora sucede que Hernán Garrido Lecca nos ha mostrado su mejor invento: la moral descartable. Primero lo somete a prueba en el Congreso de la República, es decir lo prueba con animales (donde están la sociedad protectora de animales?¡¡¡) y luego claro lo introduce en el Gabinete. Obviamente el APRA quedó maravillado con el mismo, porque ahora por lo menos tienen posibilidad de alcanzar alguna “moral”.

Que vergüenza sobre todo los congresistas de UPP. No distinguen nada. Era un gran momento para decir somos consecuentes, somos inteligentes, somos honestos, somos fiscalizadores…..nada. POBRES.

ESPERANDO




Pierdo el tiempo. El tiempo se pierde. No lo busco porque lo doy definitivamente perdido. Así no más, así de fácil. Es irrecuperable y no hay un tiempo imperdible que me sujete el alma. El tiempo vuela y yo no. Soy un bípedo implume terrestre, pesado y atado a la gravedad. Entonces, que hago para estar con el tiempo? Nada, lo dejo ir…aunque a veces yo me escapo del tiempo, el tiempo me persigue y cuando me atrapa: escapa él, dejándome saber que lo puede todo menos estar acá, ahora mismo que lo necesito para detenerme. El tiempo pasa por mi muñeca, corre en círculos, inagotable, como si estuviera entrenando para algo: lo veo correr y correr. Solo espero que se canse algún día, que me sorprenda, porque no hay nada menos sorprendente que el tiempo, a pesar de eso hay tontos que se asombran. Cuanto tiempo¡¡¡ Sí, cuanto infinito. Esta ahí siempre perdido dentro de ti, sobre ti, allá. La dimensión del tiempo sobrepasa mi muñeca, aunque lo vea atrapado en el circulo, es esa urna monumental que le llamamos reloj….Disculpen creo que es mi turno