Me imagino como deben padecer en las noches los funcionarios del Ministerio del Interior que negociaron la famosa compra de patrulleros, que causaron la salida de la Ministra Mazzetti (humillada, llorando, por las patas del caballo). Deben ser nuevos noctámbulos, sintiendo que las investigaciones los están cercando. Sienten una piedra grande en el pecho,ahora que los pueden denunciar. Sin embargo, no tuvieron reparos en robarle a uno de los Estados mas pobres, en jugar con la seguridad ciudadana. El dinero de la sobre valuación pudo servir para comprar más unidades. ¿Qué clase de gente puede hacer eso? ¿Qué clase de servidor público ha engendrado este Estado? Es increíble que esto suceda en el seno del Ministerio que nos debe dar seguridad. Un robo en pleno corazón de la policía y hasta ahora no descubren a nadie. ¿No debería la policía y sus detectives expertos averiguar, interrogar, espiar, indagar, quien se iba a comer la tajada de la torta? Por lo pronto sé que no duermen bien, eso me consuela. Pero cuando los descubran el pueblo los mirará con desprecio, ya que han jugando con la seguridad de niños y adultos, con la vida de los pobres peruanos. Exigimos investigación eficaz y sanción ejemplar.
